Vine de África con la salud muy tocada. Me hicieron cuatro operaciones en tres años y pico y de urgencia ¡y en el corazón de África, una de ellas: la primera! Aquí siguieron las otras. Me tuve que venir de allí de sopetón, sin esperármelo. Siempre había dado todo lo que podía de mí y ahora llegaba un momento en que tenía que pararme. ¡NO comprendía nada! ... Llegué a España con en estado de schock emocional y más y más... No me comprendían, creía yo, pero es que yo tampoco me comprendía a mí misma... Pasó un tiempo y después de haber vuelto de nuevo al Colegio: era responsable de dar clase a tres sextos y a tres séptimos de 40 a 45 niñas por clase y la tutoría de un 6º. A mí -que me encanta la educación y la enseñanza-, tuve que dejar todo porque ¡no podía más! Confesármelo a mí misma me costó más que el que me comprendieran. El ritmo de sueño lo había perdido y aún sigo con ese problema.
Fue largo el proceso. Pero ahí estaba Dios dándome la mano SIEMPRE.
Pedí un tiempo sabático... -y ya te compartiré más-... El caso es que después de un tiempo en que quería tirar la toalla, Jesús -que está siempre ahí aunque nosotros nos "larguemos"-
volvió a salirme al encuentro...
volvió a salirme al encuentro...
Empecé a vivir aquello nuevo que el Señor había puesto en mi corazón y al cabo de unos años hice los 30 días de Ejercicio Espirituales. Y justo el día de la Asunción me dijeron que escribiera lo que estaba viviendo. Es esto que te empiezo a compartir. Si percibes algo similar o quieres que dialoguemos me lo dices.
¡Él está a la puerta y nos llama a cada un@ por nuestro nombre..., con amor único. Hace alianza con cada uno o una de nosotras.
¡Te he llamado por tu nombre. ¡Eres mío ¡Me perteneces!
-Dirá al profeta-.
Eso experimentaba yo. Me renovó por dentro y por fuera; poco a poco, con muchísima paciencia, me sigue renovando.
Aprendí humildad para reconocer lo que uno es; Paciencia en la adversidad; y capacidad para saber pedir lo que necesitaba que hasta entonces me costaba un mundo. Poco a poco he ido aprendiendo la sencillez y el realismo...
Aprendí humildad para reconocer lo que uno es; Paciencia en la adversidad; y capacidad para saber pedir lo que necesitaba que hasta entonces me costaba un mundo. Poco a poco he ido aprendiendo la sencillez y el realismo...
"HOY
ME SIENTO LLAMADA A SER FELIZ (¡Y LO SOY!) DEJANDO QUE CRISTO REDENTOR VIVA EN MI SU MISTERIO PASCUAL,
SIENDO VIVA MEMORIA SUYA,
EN EL CORAZÓN DEL MUNDO.
Viviendo en pobreza y en libertad
como hija de Dios,
haciendo de mi vida
una parábola del abandono y de la confianza
Como levadura en la masa,
Como grano de trigo,...
En comunión con las fuentes redentoristas.
Desarrollando y haciendo crecer el carisma o el don
que el Señor ha ido inscribiendo en mi corazón.
que el Señor ha ido inscribiendo en mi corazón.
GRATIS LO HABÉIS RECIBIDO
DADLO GRATIS.
TENIENDO COMO ÚNICA REGLA EL EVANGELIO
Y COMO ÚNICO HÁBITO
LA VIDA DEL SEÑOR JESÚS ENTRE NOSOTROS..."
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