sábado, 12 de junio de 2010

YO TAMPOCO ME COMPRENDÍA A MÍ MISMA

Vine de África con la salud muy tocada. Me hicieron cuatro operaciones en tres años y pico y de urgencia ¡y en el corazón de África, una de ellas: la primera! Aquí siguieron las otras. Me tuve que venir de allí de sopetón, sin esperármelo. Siempre había dado todo lo que podía de mí y ahora llegaba un momento en que tenía que pararme. ¡NO comprendía nada! ... Llegué a España con  en estado de schock emocional y más y más... No me comprendían, creía yo, pero es que yo tampoco me comprendía a mí misma... Pasó un tiempo y después de haber vuelto de nuevo al Colegio: era responsable de dar clase a tres sextos y a tres séptimos de 40 a 45 niñas por clase  y la tutoría de un 6º. A mí -que me encanta la educación y la enseñanza-, tuve que dejar todo porque ¡no podía más! Confesármelo a mí misma me costó más que el que me comprendieran. El ritmo de sueño lo había perdido y aún sigo con ese problema.

Fue largo el proceso. Pero ahí estaba Dios dándome la mano SIEMPRE.

Pedí un tiempo sabático... -y ya te compartiré más-... El caso es que después de un tiempo en que quería tirar la toalla, Jesús -que está siempre ahí aunque nosotros nos "larguemos"-
volvió a salirme al encuentro...

Empecé a vivir aquello nuevo que el Señor había puesto en mi corazón y al cabo de unos años hice los 30 días de Ejercicio Espirituales. Y justo el día de la Asunción me dijeron que escribiera lo que estaba viviendo. Es esto que te empiezo a compartir. Si percibes algo similar o quieres que dialoguemos me lo dices. 

¡Él  está a la puerta y nos llama a cada un@ por nuestro nombre..., con amor único. Hace alianza con cada uno o una de nosotras.

¡Te he llamado por tu nombre. ¡Eres mío ¡Me perteneces!
-Dirá al profeta-.

Eso experimentaba yo. Me renovó por dentro y por fuera; poco a poco, con muchísima paciencia, me sigue renovando.

Aprendí humildad para reconocer lo que uno es; Paciencia en la adversidad; y capacidad para saber pedir lo que necesitaba que hasta entonces me costaba un mundo. Poco a poco he ido aprendiendo la sencillez y el realismo...

"HOY
ME SIENTO LLAMADA A SER FELIZ (¡Y LO SOY!)  DEJANDO QUE CRISTO REDENTOR VIVA EN MI SU MISTERIO PASCUAL,
SIENDO VIVA MEMORIA SUYA,
EN EL CORAZÓN DEL MUNDO.
Viviendo en pobreza y en libertad
como hija de Dios,
haciendo de mi vida
una parábola del abandono y de la confianza
    Como levadura en la masa,
    Como grano de trigo,...
En comunión con las fuentes redentoristas.
Desarrollando y haciendo crecer el carisma o el don
que el Señor ha ido inscribiendo en mi corazón.
GRATIS LO HABÉIS RECIBIDO
DADLO GRATIS.
TENIENDO COMO ÚNICA REGLA EL EVANGELIO
Y COMO ÚNICO HÁBITO
LA VIDA DEL SEÑOR  JESÚS ENTRE NOSOTROS..."